jueves, 7 de junio de 2007

PREOCUPACIÓN POR EL FINAL DE LA TREGUA DE ETA

Estoy sinceramente desilusionado porque, aún sabiendo la dificultad apriori planteada para ir vislumbrando un sendero que nos acercara al final de la violencia, era de los que tenía puestas ciertas esperanzas en que el proceso que se abría con el alto el fuego de ETA fuera lentamente avanzando para acabar con la lacra violenta que tanto dolor ha causado en nuestro pais.

La apuesta valiente a mi entender del Presidente del Gobierno que tenía la obligación de intentarlo, como antes hicieron otros, ha contado con numerosos obstáculos. Nunca pensé que las zancadillas vinieran del lado de los demócratas. No se ha entendido que en materia terrorista el único interlocutor es el Gobierno. La legitimación para adoptar cualesquiera decisiones única y exclusivamente compete al Gobierno. Y, yo, entendía que en este tema había que estar unidos todos en torno al gobierno, aunque solamente fuera porque la información y las claves para las decisiones solo el gobierno las tiene.

Soy de los que piensa que la acción policial considerada como única forma de lucha, es insuficiente e ineficaz, aunque puede ser "rentable" políticamente y en términos electorales para algunos. La represión y la violencia, sólo ayuda a que exista más violencia y más odio.

La utilización de los medios legales es legítima. Nadie que cometa un delito puede resultar indemne y debe, pues, sufrir el peso de la justicia. La persecución de los delitos es una obligación de cualquier gobierno y esto nunca se ha puesto en duda. Se ha utilizado y debe seguirse utilizando a la fuerza del Estado para reprender a los delincuentes. Pero estas acciones deben acompañarse de otra serie de actuaciones que vayan a la raiz del problema y que intenten impedir la reproducción de los elementos violentos.

Es cierto que no puede haber cesiones políticas en materias irrenunciables. No estoy de acuerdo con aquellos que piensan que podrían haberse comprometido algunas. Pero algo hay que hacer para evitar que siga habiendo víctimas del terrorismo.

El dolor de las víctimas tiene que servir de acicate para no quedarnos en lo superficial. El que la haga tiene que pagarla, pero hay que hacerle comprender que con dolor y con violencia no se consigue nada.

Hemos estado un tiempo tranquilos. No olvidamos el atentado de la T4 en el que, otra vez, victimas inocentes sufrieron la sinrazón. Algunos nos estábamos acostumbrando a vivir en un ambiente distinto, a vivir en paz. Aquello significó en parte la pérdida de la esperanza puesta en el denominado proceso de paz, pero ahora con el anuncio de ETA, otra vez nos sumimos en la desesperación de que cualquier día, cuando menos lo esperemos alguien habrá perdido su vida o sufrido lesiones graves, y el dolor volverá a sacudir las conciencias de todos nosotros, y a romper la vida de muchos familiares de las víctimas. Y quien sabe, otra vez volveremos a salir a las calles gritando "basta ya" y "ETA asesina" y tendremos que preguntarnos si todos hemos hecho lo apropiado para que no volvieran a ocurrir sucesos como aquellos a los que nos tienen acostumbrados.

Que a todos nos haga pensar la situación; que todos hagamos el propósito de no volver a hacer política con el terror; que todos nos unamos por el bien de todos. Los regionalistas extremeños estaremos siempre apoyando al Gobierno y condenando los actos violentos y con la esperanza de que ésto finalice algún día.

Estanislao Martín

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