Esta pregunta en latín ha servido para titular numerosos libros y artículos como, por ejemplo, el artículo de Antonio Elorza en la revista "Estudios de Historia Social" nº 34-35, o la colección de textos de Ramón Tamames. Pero es una pregunta que, con la que está cayendo, viene "al pelo".
Supongo que alguno de mis "numerosos lectores" recordará mi ya famoso artículo "Efectivo o efectista", que gracias al diario Hoy, (por cierto no me han pagado los derechos de autor), fue conocido y apreciado a lo largo y ancho de la antigua Lusitana batiendo todos los récord de entradas y "liando un follón de tres pares de narices".
Pues bien, como el tiempo me está dando la razón y esto no se arregla trasvasando al personal, hay que tomar otras medidas, o mejor dicho, estamos en proceso de tomar otras medidas. Y nuestros prebostes, cual Catón el Viejo al grito de "delenda est funcionarios et pensionistas", o "Ceterum censeo funcionarios et pensionistas esse delendam", se disponen a detraer parte del peculio a clases tan "favorecidas".
El resultado de tan sabia medida va a ser sin lugar a dudas un descenso del consumo, y ciertos sectores como el turístico, el hostelero, el del automóvil, el inmobiliario (aún más), el textil, etc. lo van a notar, y mucho. Resultado: más gente al paro y más dinero para subsidios.
Nuestro ínclito y nunca bien ponderado presidente del gobierno, ante los furibundos ataques de los mercados financieros internacionales y tras escuchar los sabios consejos de San Obama bendito, se ha decidido a salir de su letargo que ya duraba más de tres años y a coger "el toro por los cuernos" . Y cual un Ferrera cualquiera, se ha "liao" a dar capotazos a diestro y siniestro sin orden ni concierto, y lo mismo le da un "ayudado por alto" al Totxo, que una "larga cambiada" a Díaz Ferrán (patético personaje). Al que no le da mi medio pase es al "Candido". Ese es un morlaco de mucho cuidado y con muy malas ideas, no veas como te busca las zapatillas. Claro que la faena está siendo deslucida: los cornúpetas no acaban de envestir, humillan poco, de fuerzas justitos, más bien mansos y con poca casta. En cuanto al matador, se le ve con poco valor, embarullado, sin sitio, y toreando casi siempre fuera de cacho y con el pico.
Ante este panorama, y ante las perspectivas de los que nos gobiernan y de los que nos quieren gobernar, el personal empieza a estar desazonado y sin confianza en una clase política, sindical y empresarial que no acierta ni cuando rectifica, y sobre todo, con una "Paz social" cada vez más pendiente de un hilo.
Las elecciones anticipadas son imprescindibles. Hay que devolver la confianza a la gente en el sistema, cuestionado demasiadas veces de forma irresponsable, por nostálgicos de pacotilla y secesionistas de salón.
Yo, aunque sólo sea por derecho al pataleo, me apunto a terminar como Cicerón: "Quo usque tandem abutere, Zapatero, patentia nostra".
Damián Beneyto
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